Teresa Helbig
DISEÑADORA DE MODA
       Dueña de una simpatía y espontaneidad poco usual, Teresa Helbig nos recibió recientemente en su showroom, del Eixample barcelonés, tan personal, cuidado y elegante como sus prendas y colecciones. A pesar de tener una sólida y larga trayectoria en el mundo de la moda, ha consolidado su imagen y presencia en los últimos años.
Texto St Xavier Octavius
Photo Kiril Chakhnazarov
"…Barcelona mon amour…"

Showroom de Teresa Helbig - Eixample 
"…Mis diseños son muy actuales porque me gusta estar a la moda creo en la moda como catalizador de tendencias por eso le dedicamos muchas horas al trabajo de investigación en el taller…"

     Teresa suele proponer novedades y arriesgar sin estridencias, así, su visión de la moda se adapta, evoluciona y madura, sin perder sus rasgos característicos. Su universo evoca una actitud contundentemente femenina y una clara cadencia sensual, a un ritmo suave pero muy actual, y proyecta el resultado de la investigación de una adicta a lo artesanal y a los tejidos exclusivos, lo que la diferencia y hace de sus piezas su sello de autor. Sus diseños comulgan en una fórmula que oscila entre el respeto por la calidad y el trabajo artesanal y la pasión por un diseño actual y contemporáneo. Haber sido la ganadora, dos veces consecutivas, del premio L’Oréal a la mejor colección de la Mercedes-Benz Fashion Week, además de ser un reconocimiento a su constancia y trabajo, la posiciona como referente de la nueva moda española y provoca que se interesen por ella muchas de las tiendas más punteras de todo el mundo.

¿Has pensado alguna vez, en cuáles han sido los momentos más importantes de tu vida? No, el problema es que no soy demasiado reflexiva (risas). No soy una persona que piense demasiado en las cosas, sino más bien, soy de las que van tirando. De todos modos, evidentemente que conservo cantidad de momentos importantes e, incluso, importantísimos. Seguramente que el más relevante sea el nacimiento de mi hijo. También, recuerdo con mucho cariño e ilusión que cuando tenía cinco años quería tener un tocador lleno de joyas, entonces mi padre me hizo uno en color azul cielo y lo llenó de joyas de plástico, fue muy divertido y conmovedor. Y obviamente guardo infinidad de conversaciones con mi madre…

¿Conservas algún recuerdo de niña en el que se evidenciara tu pasión por la moda? Sí, y es muy gracioso. Hay una foto de la comunión de una vecina, en la que se nota mi cara de supersorprendida porque la niña llevaba un traje chaqueta y bolso. Yo aluciné, era muy moderna y distinta. Desde pequeña me montaba estilismos propios y exóticos y eso que iba a colegio de monjas, que todo era mucho más limitado, pero esto me obligó a ser más creativa. Solían llamar a mi madre porque me decoraba o hacía pulseras con latas de conservas…

¿Cómo defines moda? La moda es mi pasión. Es un mundo muy cambiante que va a ritmos veloces e, incluso, vertiginosos lo que hace también que, a veces, sea muy estresante. Tiene muchas cosas maravillosas, pero en definitiva es una industria que genera muchos puestos de trabajo, cubre necesidades y también cumple deseos.



¿Cómo es que una autodidacta se convierte en diseñadora de referencia? Siempre tuve claro que me gustaba la moda. En los ochenta, de hecho, comencé con escaparatismo, que en aquel momento no era sólo vestir al maniquí sino, crear todo una historia... El trabajo con los escaparates de Gratacós, por ejemplo, lo mantengo porque lo hago de una manera muy libre, flexible y creativa. Me encantaba ser escaparatista, trabajé mucho en Barcelona y también en Madrid. Sin duda que esa ha sido mi puerta de acceso… Una vez asistí a la boda de una clienta, que tenía varias tiendas, me hice un traje de ochocientas plumas, se enamoró de mi vestido y me pidió una colección completa. Sin querer, así inicié mi carrera. Además, me equivoqué y fabriqué el doble de lo que me había pedido, por lo que me vi obligada a comenzar sí o sí con el boca a oreja.

Estás en el mundo de la moda hace muchos años pero, has comenzando a desfilar hace pocos, ¿le otorgas importancia a este hecho? Sí, por supuesto. Desfilar cambió bastante las cosas, sobre todo, me abrió muchas puertas. Yo trabajaba mucho y me iba bastante bien pero tardé años en desfilar porque no tenía sentido hacer la inversión que implica un desfile para después, tal vez, no servir. Cuando estaba preparada a nivel empresarial, fue mi chico quien insistió en dar el gran paso y comenzar a presentar en Madrid. Desfilar te da muchas satisfacciones, pero te obliga a trabajar de otra manera, hay que profesionalizarse de verdad. Yo siempre digo que como el primer desfile no hay ninguno, los demás son un estrés permanente.

Has recibido dos veces consecutivas el Premio L’Oréal París a la mejor colección en la Madrid Fashion Week, ¿qué implica para la profesional? Obviamente, es una satisfacción enorme, nunca lo hubiera imaginado. Se agradece muchísimo el reconocimiento porque, sobre todo, te ayuda a crear marca y tener una mayor repercusión. Es un gran incentivo que te permite mantener el listón alto, pero también pasa a ser mucha presión. Por otro lado, en lo personal, ha sido un subidón alucinante, una muy grata sorpresa porque, como te decía antes, nunca hubiera pensado que algo así me ocurriría.

¿Por qué crees que la moda española, con todo el talento existente, no termina de posicionarse internacionalmente? Creo que hay mucha gente que trabaja mucho y bien, es verdad que el momento actual no ayuda, pero también es verdad que esta situación no es de ahora. Fundamentalmente creo que somos acomplejados y que aún, a pesar del enorme potencial que tenemos, no hemos aprendido a vendernos.

¿Crees que existe algún vínculo entre tu manera de trabajar y el hecho de haber nacido y crecido en Barcelona? En líneas generales creo que no, pero sí es verdad que me siento atravesada por la parte trabajadora, de disciplina y constancia de la cultura catalana. Los ochenta fueron un momento muy divertido, todo el mundo hacía ropa, todo valía, era un momento agradecido en España en general. He sido muy ochentera pero, sobre todo, soy producto de la constancia, no he recibido ninguna iluminación.

¿Cómo defines Barcelona? Barcelona es una ciudad que me gusta muchísimo, es ideal para vivir y trabajar, pero considero que últimamente le falta un poco de marcha aunque es cómoda, práctica, manejable…

¿Qué es lo que más te agrada de la ciudad? Tener el mar y poder correr un domingo por la playa…

¿Qué es lo que menos te agrada? Que, a veces, noto la ciudad muy sucia.