Ramón Maiden
ART MANIAC AND CUSTOM & VINTAGE ADDICT
       Es atípico en todas sus facetas. Nació en Barcelona y aunque es trabajador social,  logró construir, de su habilidad  innata por el dibujo y su pasión por el tattoo, un estilo de vida y un arte muy propio y característico, el que expone y vende, allí donde vaya. Más artista que muchos artistas, curiosamente dice, no ser artista. Para la entrevista y la producción fotográfica nos recibió en su casa estudio, del barrio barcelonés de Roquetes, el que se erige como una especie de mausoleo, como un museo, de su pasión por el tattoo y como reflejo de su universo íntimo y personal, atiborrado de referencias y sumamente nutrido de información, principalmente recolectada a través de sus viajes, alrededor del mundo, fuente de inspiración y hobby principal de Ramón. 
Texto St Xavier Octavius
Photo Alessia Laudoni
"Barcelona es dinamismo y equilibrio entre noche y día"

Atelier d'artiste - Les Roquetes

       Cree haber sido un niño diferente incluso un poco freaky, con una altísima sensibilidad que siempre lo diferenció y la que volcó, prematuramente, de forma autodidacta y espontánea en el dibujo. A los trece años ya sabía que estaría muy tatuado, sin embargo, esperó a los 28 para dejarse tatuar por primera vez. Por el contrario a muchos artistas, que precisan tener un segundo trabajo para poder sostener y financiar su producción artística, Ramón es trabajador social y produce arte para vender obra que le permita tatuarse y viajar por el mundo, donde y cuando le apetece. Se encuentra altamente documentado, posee una producción artística abundante y el hecho de haber viajado por el mundo entero, le otorga un valor agregado irreprochable y diferenciador. Desde el primer momento que vimos su obra, nos llamó poderosamente la atención el perfeccionismo al que tiende y la pasión, que logra transmitir plenamente, que profesa por el mundo y la historia del tattoo, la que vive casi, como una obsesión y disfrutamos profundamente con su representación.

Si hablamos de Ramón, antes de Ramón Maiden. Ahora, en perspectiva, creo haber sido un niño y un adolescente, un poco atípico, me desarrollé mucho más tarde, siempre tuve un aspecto físico muy aniñado y esto condicionó mis relaciones sociales con otros niños de mi edad. Siempre me sentí muy influenciado por mi madre, una de las personas más importantes de mi vida, así mi personalidad tiene su costado femenino muy desarrollado que de niño, no siempre encajaba con los chavales de mi edad que se dedicaban al fútbol y a las chicas, mientras que yo, solo pensaba en dibujar.  El hecho de haber desarrollado sin obstáculos, a diferencia de otros niños,  mi parte femenina, siempre lo he relacionado con la sensibilidad especial que demuestro para reconocer todo lo referente al arte, los colores, las imágenes y para empaparme de todo eso. Te repito, me recuerdo dibujando de siempre mientras y mis amigos jugaban al fútbol.

Noto una filiación madre hijo muy potente. Bueno, de hecho, muchos de mis tatuajes hacen referencia a ella. Mi madre es como mi minidiosa. Para mí, mi madre es la mejor, es muy luchadora, se ha impuesto a todo lo que se le ha interpuesto, es una persona que ha saltado muchas barreras, las mismas por las que en la actualidad la gente se agobia muy fácilmente. Mi madre ha tenido una vida muy dura y ha sabido sacar adelante su vida y la de su familia también. Yo admiro mucho a las amas de casa, las madres que educan que están en casa recluidas de alguna forma y que no se les reconoce nada, mi madre, para mí, es un modelo a seguir en muchos aspectos, en integridad, en seguridad…

Vínculos entre el amor hacia tu madre y el arte.  Soy rotundamente un clon de mi madre, me reconozco mucho en ella. Ella es muy artista y multifuncional como yo, hace cerámica, pinta, cose mucho, soy su réplica, me transmitió su carácter hiperactivo, solemos ser, de los que disfrutan llevando mil cosas a la vez: arte, trabajo, deporte, ocio…

Ramón Maiden, ¿cómo, cuándo y por qué? El arte para mí nació muy prematuramente como una forma de expresión, forma parte de mí, desde que yo me acuerdo y nunca lo he manifestado como algo proyectado hacia el exterior, como para que la gente me reconozca, sino que era  mi forma de pensar, sentir, disfrutar, moverme y obviamente de expresarme, de comunicar con los demás también, nunca me he planteado hacer algo con ello y todo lo que ha surgido después, con el nacimiento de mi marca, ha sido puro accidente. Nunca lo he buscado, no he hecho ninguna clase de dibujo ni de arte en mi vida, soy autodidacta.



¿Nunca antes te habías planteado vivir del arte? Nunca, porque para mí es una forma de expresión muy espontánea, incluso lo hago más por el placer en sí mismo que por el intercambio comercial que podría suscitar. No quiero que se convierta en una obligación, no quiero tener que hacer arte para vender, dibujar algo que no quiero dibujar, pintar algo que no quiero pintar, entonces deja de ser una expresión, es un expresión un poco cohibida. Tengo mi forma de ganarme la vida, que amo y respeto también, soy trabajador social, mi madre también tiene esa vertiente, me gusta mucho ayudar a los demás, me siento muy identificado. Tengo esa sensibilidad especial para detectar el dolor ajeno e intentar de alguna forma reparar las cosas, y el tema del arte para mí es un poco como mi terapia, mi forma de expresarme y a veces incluso de desahogarme.

No creo que haya muchos trabajadores sociales que vayan tan tatuados… No, muy pocos, de hecho, en general, soy bastante atípico. Llevo mucho tiempo como trabajador social, casi quince años, he trabajado y estudiado en otros países también. Logré hacerme un espacio privilegiado en este mundo, tampoco hay muchos hombres que se dediquen a esto, es un mundo más femenino, recuerdo que durante la carrera éramos 153 alumnos de los cuales solo tres chicos, entonces lo tengo más fácil para hacerme un hueco en el mundo laboral.

¿Y cómo llevas el negocio de tu arte?  La verdad es que para la pintura soy muy bueno, me desenvuelvo con mucha naturalidad y facilidad pero como la mayoría de los artistas para el tema de los negocios soy un negado total. Yo lo regalaría todo, todo me parece bien, si a alguien le gusta yo se lo regalo. De todos modos hubo momentos en los que España, para mi arte, me quedaba pequeña y necesitaba demasiado estímulo para hacer cosas que me gustaran, me sentía estancado y en viajar encontré el hecho de ampliar muchas miras, conocer otros artistas, otras corrientes, otras técnicas y cuando me comencé a sentir limitado por el tema del dinero, vender arte ha sido el vehículo perfecto para poder moverme por todo el mundo sin necesidad de hipotecarme. Me fundo todo lo que creo en viajes y tatuajes, no tengo ningún otro afán.

Hablemos de tu universo.  Tengo una vertiente, sin llegar a ser patológica, muy obsesiva con el tema del orden, mi vida es muy ordenada también y no solo la parte física sino la emocional también. Me considero una persona muy íntegra, no por accidente, sino  porque lo he trabajo mucho. Cuando trabajas con la angustia ajena tienes que tener las cosas muy claras o, no podrías, te irías de casa con tus problemas y los de los demás. Con el tema del arte, igual, me gusta mucho el detalle, soy una persona emocionalmente muy detallista porque para conectar con la gente tienes que percibir ese detalle, para disfrutar de las relaciones la empatía es fundamental.

¿Cómo evolucionó tu parte artística? Soy una persona a la que le gusta mucho leer, siempre me interesó la literatura, además, tengo mucha cultura y memoria visual, siempre que viajo me gusta ir a bibliotecas, a librerías y después siempre existen también las preferencias que tenemos según nuestra cultura, nuestro bagaje, según la música que nos gusta, según nuestros hobbies y afinidades. Mi mundo es muy rico y variado porque he tenido la suerte de poder viajar mucho. Cuando viajo puedo incorporar muchas cosas que si me quedo en mi barrio o en mi ciudad pues siempre están ahí. El hecho de viajar me ha permitido pues eso, descubrir otros universos. El mundo marinero cuando he estado en Dinamarca, el del circo cuando he viajado por Estados Unidos, el de la espiritualidad en la India. Cuando viajo se me presenta como vital interactuar, el tema de perderme en barrios o ir a barrios a los que nadie nunca iría para mí es fundamental. La primera vez que fui a Nueva York estuve tres meses y las primeras tres semanas andando sin parar por todo Manhattan, absorbiendo cultura continuamente, todo eso es cultura, retengo cosas que cuando me pongo a pintar afloran solas.

¿Qué papel juega en todo esto haber nacido en Barcelona? En mi manera de trabajar y en todo lo que hago hay una parte de Barcelona. Implícitamente, yo he nacido aquí y me he criado aquí, pero también es verdad que al viajar tanto me he nutrido de otras culturas y lo vierto naturalmente en mi trabajo y se nota mucho. Barcelona es una ciudad muy estimulante e inspiradora, tiene mucho estimulo visual, arquitectónico tradicionalmente ha sido la cuna de muchas corrientes artísticas y, el modernismo, hemos tenido pintores e ilustradores relevantes también, pero  como en todos los sitios,  las fuentes no son inagotables, Barcelona me ofrece muchas cosas pero otros sitios también.

¿Cómo definirías Barcelona? Como ocurre en general,  no la aprendes a valorar hasta que no sales fuera. Cuando vuelves aquí y te sumerges en su actividad y cotidiano, te das cuenta que reúne muchas condiciones y en conjunto son pequeñas dosis de casi todos los ámbitos, que la hacen idónea y muy especial. He estado viviendo en Nueva York, en Londres, he estado aquí y he estado allí también y realmente asumo que Barcelona tiene una proyección internacional muy importante.