Ida Johansson
DISEÑADORA DE MODA
       Ida Johansson es diseñadora de moda. Nació en Suecia. Semanas atrás nos recibió en su diáfano y ultra luminoso estudio de Poblenou, donde nos contó, entre otras cosas, que haberse instalado en Barcelona, hace más de siete años, es uno de los hitos más importantes de su vida. Estaba convencida que no viviría en Estocolmo pero, tampoco sabía que lo haría aquí, ciudad de la que se enamoró por su ubicación, su clima, su cercanía al mar y a la montaña y, por tener la certeza de que en ella, desarrollaría su carrera en la moda.
Texto St Xavier Octavius
Photo Kiril Chakhnazarov
"…Barcelona es diversidad, contraste y color…"

Parque de la Ciutadella 
"…Ser sueca y haber elegido vivir en Barcelona, colma de contradicciones mi cotidiano porque, por diversas razones, son tipos de vida, muchas veces, opuestos…"

     Siempre recuerda haber tenido que dibujar en la escuela, a los quince años, cómo se veía a los treinta (los que está a punto de cumplir) “…Curiosamente me dibujé en un taller muy similar a este, además rodeada de ropa y de sombreros que justamente, también acabo de comenzar a desarrollar una colección…”. Criada en la naturaleza, es donde muchas veces busca y encuentra la inspiración y la sensibilidad que necesita, para que surja ese conflicto creativo y con él, ese concepto que le ayude a crear y sustentar sus creaciones. Amante precoz y natural de los opuestos, es otro de los temas recurrentes en sus colecciones. El brillo pero también el mate, las formas orgánicas pero también las estructuradas, lo volúmenes pero también el movimiento. En todo caso es interesante y atractivo ver como una diseñadora sueca, que cada vez se siente más española, crea y diseña en una dicotomía constante, como un ejercicio que le viene dado de forma natural y que persigue siempre, conectar ropa y mente.

¿Cómo defines moda? Es un concepto muy amplio que puede tener varias acepciones y puede ser profundo y superficial al mismo tiempo. En principio, diría que es una industria de la que, a veces, surgen manifestaciones de tipo artísticas.

¿Cómo defines tu moda? Mi moda intenta, justamente, combinar la necesidad natural que tenemos por la ropa, con nociones de arte y con la idea de hacer prendas sostenibles, desde la utilización de materiales a los métodos de producción. Más que por tendencias me guío por estilos para hacer así, una moda que perdure, que sea menos espontánea. Me fascina hacer de algo clásico, algo extravagante. Me dirijo a personas modernas que les guste sentirse elegante pero, que al mismo tiempo, se atrevan a más. Son personas con inquietudes y mucha personalidad. Además mis creaciones son multifacéticas, son prendas que se pueden transformar en otras prendas.

¿Crees en la inspiración?, ¿qué te inspira? Sí, completamente. Me inspira mucho la naturaleza, sus formas orgánicas, y los materiales y fibras naturales, de muy buena calidad, como la lana, en especial la cachemira, o la seda. Mis padres son del norte de Suecia, por lo cual, siempre estábamos en contacto con la naturaleza y así, he aprendido a establecer un diálogo natural y fluido que me ayuda a encontrar la inspiración tan necesaria para crear y desarrollar conceptos y a partir de ahí mis colecciones. También me inspira conocer las necesidades y los gustos de mi entorno, mi familia, mis amigos…

¿Y más allá de la naturaleza? Soy fan de los contrastes y las contradicciones. Son una constante en mi vida y, a menudo, también me inspiran. Para todas mis colecciones me he basado e inspirado en conceptos opuestos. Es algo completamente espontáneo e imagino que tendrá que ver con mis raíces y mi experiencia de vida. Considero que ser sueca y, haber elegido vivir en Barcelona, llena de contradicciones mi cotidiano, porque por diversas razones, son tipos de vida, muchas veces, opuestos. Yo soy muy sueca pero, después de todo este tiempo, en España, ya tengo muchas cosas de española.

¿De dónde crees que viene el amor por la contraposición? No lo sé exactamente. Desde niña he jugado a buscar la contraposición. Por ejemplo, ahora estoy trabajando en el desarrollo de una capucha elegante. Es un proyecto que presenta la contradicción o contraposición en sí mismo, porque la capucha suele ser una pieza muy sport que pocas veces se asocia a lo elegante. Es un producto súper street que quiero descontextualizar y estilizar. Me atraen los opuestos pero también el movimiento, el vuelo y la caída de los materiales.

¿Te llevas bien con las tendencias? Como te decía antes, trato de ir más allá porque intento crear una moda que perdure. Para mí, las tendencias son el lado más consumista de la moda, es lo que hace que todo vaya más rápido. Evidentemente que me intereso por las tendencias, yo soy una víctima de las tendencias porque soy parte del tiempo en el que vivo pero, es un ejercicio inconsciente. Sin darme cuenta absorbo todo lo que me rodea y luego aplico un ejercicio natural de selección y síntesis. Creo que no intento comprender cuales son las tendencias, sí al mundo que me rodea y al tiempo en que vivo, lo que me ayuda a generar empatía a la hora de diseñar.

A la hora de crear, ¿Barcelona te influye? Sí, sin duda. Cuando diseño estando en Barcelona, me siento mucho más libre pero, no sé si es porque estoy fuera de mi contexto natural o porque estoy en Barcelona donde sublimo el clima y todo aquello que veo por la calle.

La moda en España… No sé a qué se debe pero, me da pena darme cuenta que, a veces, en España existe cierta tendencia cultural a no valorar a sus propios diseñadores. Estoy convencida, por ejemplo, que mucha gente no sabe que Balenciaga era español. En las revistas de moda ocurre algo parecido, suelen ir detrás de marcas o diseñadores extranjeros. En Suecia ocurre lo contrario, es raro ver creadores o marcas extranjeras en una revista o editorial nacional. Por otro lado, la idea de que las marcas jóvenes tienen que ser siempre, únicamente creativas y conceptuales y nunca comerciales también es un preconcepto difícil de desterrar.

En colaboración con Pablo Herrero